¿Primero el estilo libre o el deber?
A partir de 2024, unas 15.000 empresas alemanas estarán obligadas a publicar informes de sostenibilidad. Así lo exige la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD).
15.000 empresas: tantas como las industrias culturales y creativas de Fráncfort del Meno. O la industria sanitaria de Berlín. Desde luego, no es un número pequeño. Muchas empresas inmobiliarias, si aún no están obligadas a hacerlo o ya publican voluntariamente como extra opcional, también deben abordar la cuestión.
Las empresas inmobiliarias que cuentan con contadores inteligentes en su cartera están en ventaja. Los datos sobre energía, consumo de agua, etc. pueden transmitirse automáticamente y reducir el esfuerzo manual necesario para la elaboración de informes. También hay oportunidades que van más allá del plano puramente medioambiental.
Un ejemplo sencillo: los datos medioambientales recopilados pueden ser entregados al inquilino por el propietario como información sobre el consumo. De este modo, funcionan como medidas sociales relacionadas con la comunicación con los usuarios, algo que merece la pena notificar en un sentido positivo. Al mismo tiempo, los datos sirven como prueba de gobernanza en términos de cifras clave y objetivos climáticos que una empresa ya ha alcanzado. Por tanto, E tiene un efecto positivo sobre S y G.
Juntos, veamos la nueva obligación como un incentivo para dar los pasos que ya se deben dar en el camino hacia una mayor digitalización en el ámbito de la sostenibilidad.